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fiestas patronales con niños

La imagen más común de las fiestas patronales menorquinas es la de una plaza repleta de gente con jinetes haciendo saltar a sus caballos entre la multitud.

Evidentemente, este no sería el escenario más adecuado para ir a dar un tranquilo paseo con vuestros hijos. Sin embargo, las fiestas son mucho más que eso ya que los ayuntamientos y las asociaciones de vecinos organizan muchas actividades pensadas especialmente para los niños.

De hecho, en todos los pueblos en fiestas encontraréis un espacio destinado a la feria donde habrá coches de choque, castillos hinchables, camas elásticas y muchas otras atracciones.

Otra de las actividades típicas para los peques son los bailes de gigantes y los pasacalles con bandas de música, en los que muchas veces participan collas de otros pueblos de España.

Además, durante los días anteriores a la fiesta de los caballos, se realizan actividades especialmente destinadas al público infantil como talleres de circo, cuenta cuentos, juegos populares, juegos de agua, fiestas de la espuma o actividades deportivas. También las asociaciones de vecinos suelen organizar fiestas infantiles con actuaciones musicales y espectáculos para los niños.

Cada pueblo tiene también sus propias actividades como Sant Lluís, que organiza un pregón infantil y un desfile de carrozas, o Alaior, donde también se lleva a cabo un espectacular desfile de carrozas con una temática específica que cambia cada año. Hay música, disfraces, bailes y mucho cachondeo ¡Muy recomendable!

Finalmente, todas las fiestas patronales finalizan con un castillo de fuegos artificiales. Normalmente son a media noche y, si vuestros peques aguantan despiertos, alucinarán con el espectáculo.

¿Queréis acercaros a los caballos?

Si lo que queréis es ver de cerca a los caballos, un buen momento es durante lo que se denomina el ‘replec’. Comienza a primera hora de la tarde y, a grandes rasgos, consiste en que los jinetes y caballos se van reuniendo paulatinamente hasta que el grupo está completo. Se trata de un momento tranquilo y sin aglomeraciones, donde los caballos incluso ofrecen algunos saltos en la calle ante pocos espectadores.

Otra ocasión para disfrutar de los caballos sin riesgo es durante la tradicional ‘misa de caixers’. Antes de comenzar el ‘jaleo’, los jinetes se reúnen en la iglesia y, mientras tanto, los caballos se quedan fuera con sus cuidadores. Los animales suelen estar tranquilos e incluso es un buen momento para intentar tocarlos (nunca por la parte de atrás, para evitar coces)