Las playas no sólo están para disfrutarlas, también hay que protegerlas. ¡Enseñad a vuestros hijos las buenas prácticas para mantener las calas de Menorca en buen estado!
Una de las reglas principales sería, evidentemente, no dejar residuos en las playas. Así que antes de marcharos debéis recoger toda la basura que hayáis generado y llevárosla para tirarla en un contenedor.
Sin embargo, siempre encontraremos personas incívicas que no siguen este principio básico. Así que es importante que impliquéis a vuestros hijos para recoger basura que encontréis en la arena o en el agua.
Para que sea una actividad “divertida” podéis poneros metas: en una primera playa recoged tres deshechos cada uno y, la segunda vez que vayáis, que ya sean cuatro. De este modo les enseñaréis la importancia de cuidar el medio ambiente y se convertirán en adultos más responsables.
Recordad también que no está permitido llevarse arena o piedras de recuerdo. De hecho, si lo hacéis es probable que os requisen el material en el aeropuerto para devolverlo a su medio.
Tampoco es recomendable embadurnarse de arcilla en playas como Cavallería, Cala Pilar o Trebalúger. Muchos lo hacen sin saber que esta práctica distorsiona el paisaje, provoca erosión en los acantilados y supone un riesgo para el medio ambiente. Lo mismo ocurre con la moda de apilar piedras, que supone acelerar los procesos naturales de erosión.
Otra de las malas prácticas que pueden poner en riesgo el paisaje menorquín es salirse de los caminos marcados para acceder a las playas, algo que también provoca erosión e incluso puede poner en peligro la regeneración de especies autóctonas de la isla.
Los perros no están permitidos en las playas durante los meses de verano. Cada municipio tiene sus propias ordenanzas en este sentido, pero la regla general es que, durante los meses de mayor afluencia, los perros no pueden acceder a las zonas de baño.
También está prohibida la acampada libre y hacer fuego. Para evitar estas prácticas la policía vigila las playas durante la noche.